Edgardo Arredondo presenta Andanzas de un médico, obra donde se cruzan la medicina, la literatura y la vida
Andanzas de un médico recopila las vivencias de Edgardo Arredondo tras casi cuarenta años de ejercicio profesional en la medicina.
Por Jenyffer Martínez. Conoce mi librero: @jeen_books_
El médico ortopedista y escritor yucateco Edgardo Arredondo nos compartió los detalles y motivaciones detrás de su más reciente libro Andanzas de un médico, una recopilación de relatos que combinan anécdotas médicas, humor, reflexiones humanas y profundas observaciones sobre la vida y el movimiento. Para él, la medicina no es solo ciencia: es también sensibilidad, narrativa y poesía.
“Si volviera a nacer, volvería a ser médico, y ortopedista”, afirma con claridad. Asegura que el movimiento del cuerpo no es solo una función física, sino una metáfora de la vida misma: “La vida es movimiento. Nacemos, crecemos, reímos, amamos, todo en desplazamiento. Cuando ese movimiento se pierde, también se pierde parte de la libertad del ser humano”.
Arredondo transmite ese sentimiento con la emoción viva de quien ha sido testigo de milagros cotidianos, como el caso de una niña con parálisis cerebral que, tras ocho cirugías, logró caminar. “Cuando la vi correr hacia mí aquella tarde en el hospital, sentí que me brotaban alas. Esas son las cosas que hacen que valga la pena ejercer la medicina”, recuerda.

Un escritor por vocación y necesidad
Aunque es médico de formación, la literatura ha sido una compañera inseparable. Arredondo no se considera un escritor ocasional. Ha publicado ya siete novelas, cuentos, columnas periodísticas, y cada obra es resultado de una vocación que, como él mismo dice, “fluye sola”. “Lo mío no fue solo una necesidad de contar anécdotas, sino una pulsión narrativa real. Escribo porque si no lo hiciera, reventaría”, confiesa con humor.
Comparando la narrativa con el arte o la gastronomía, Arredondo explica: “La poesía es como una acuarela, el cuento es un dibujo a carboncillo, y la novela, un óleo. La poesía desnuda el alma, el cuento es fugaz y contundente, y la novela es una cena de tres tiempos. Yo empecé con la novela, luego el cuento y ahora estoy con los relatos médicos. Todo tiene su sabor”.
Entre sus obras figuran títulos como: Detrás del horizonte (sobre la amistad entre un inmigrante ucraniano y un mexicano desempleado), Me llamo Juanes (una sátira sobre los múltiples Juan Hernández en México), Bungo (sobre religiosos yucatecos en la guerra de Angola), Marílico (novela histórica sobre la fiebre amarilla) y La Bermeja, sobre la misteriosa isla desaparecida del Golfo de México.
Medicina con rostro humano
Una de las constantes en Andanzas de un médico es la defensa de una medicina más empática, cercana y colaborativa. Arredondo insiste en que la tecnología nunca debe sustituir la mirada humana del médico. “No hay aparato que reemplace una conversación honesta con el paciente. Humanizar la medicina es urgente”.
También subraya la importancia del trabajo en equipo en los hospitales, especialmente el papel esencial de las enfermeras. “Los médicos no somos nada sin las enfermeras. Ellas son el alma de los hospitales, pues la medicina es una labor colectiva”.
Su experiencia de 40 años en la práctica médica lo ha convencido de que la ortopedia es una especialidad transformadora: “He salvado piernas en procesos que duraron hasta dos años. Cuando devuelves el movimiento, devuelves la independencia, la dignidad. Por eso amo lo que hago”.
Además de médico y escritor, Arredondo es también un agudo observador social. Tiene una columna semanal en el Diario de Yucatán, participa en programas de radio, y disfruta —dice con ironía— de estudiar a los políticos como si fueran “animalitos de laboratorio”. “No soy político, pero me encanta la política. Es como ver una tragicomedia constante”, bromea.
Aunque su agenda es intensa, nunca deja de escribir. “Voy trotando por las mañanas y mientras tanto ya estoy pensando en cómo termina mi novela. Un día me pregunté: ‘¿por qué maté a este personaje?, me pudo haber servido más adelante’. Así es esto, uno siempre está escribiendo en la cabeza”.
Su estilo narrativo —ágil, cálido, a veces irónico y siempre cercano— refleja su gusto por la historia, la literatura y el lenguaje. Aunque su formación es médica, desde joven ha sentido el impulso de escribir, y hoy reconoce que contar historias le permite darle un nuevo sentido a sus experiencias. “La medicina me dio historias. La escritura me dio la posibilidad de compartirlas”, comenta.
Su mensaje a las nuevas generaciones
Arredondo es claro con los jóvenes: “Lean. Lean más. Me preocupa que si ven una nota larga ya no la quieren leer. Solo buscan los titulares o un tuit. Pero si se pierde la lectura, se pierde el pensamiento”. Asegura que la lectura lo ha hecho mejor médico, mejor escritor y mejor persona.
Para quienes piensan en estudiar medicina, su consejo es tan práctico como contundente: “Elijan bien su especialidad, es como elegir pareja. Si no te apasiona, vas a vivir frustrado. A mí la ortopedia me eligió un día, y desde entonces no he querido hacer otra cosa”.
Andanzas de un médico no es solo una serie de historias clínicas, sino una invitación a ver la medicina desde la compasión, el humor, la imaginación y la esperanza. Es también una radiografía de lo humano, escrita con hueso, carne y corazón.

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